SAYONARA

Una androide le recita poemas a su dueña, hija del hombre que la compró. La mujer está triste y la androide le recita versos japoneses, alemanes, franceses, para ver si logra subirle el ánimo. Una está enferma y la otra, defectuosa. 

Entre los versos se cruzan preguntas y reflexiones que esbozan lo que significa la vida y la muerte para cada una de ellas. Eso ocurre en Sayonara, obra breve japonesa que con su estreno el 2010 marcó un hito al presentar a la primera actriz androide.

Apenas supimos que se presentaría esta obra quisimos verla, la motivación principal era haber visto a la primera actriz androide del mundo, algo que en un futuro imaginamos será común.  

La experiencia fue muy buena y para mi fue interesante ver cómo la gente dotaba de valor a la androide sólo después de su actuación. Al llegar a la sala ella estaba ahí, sentada, sin "vida" y no era tema para nadie, era como si fue un objeto simple, cotidiano. 

Al final de la obra, la misma ubicación, misma postura, sentada, sin "vida" pero con una presencia diferente, entonces el público se agolpaba a sacarle fotos a ella o con ella. IMPRESIONANTE

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